Spencer y
Spencer presentan el “Modelo del Iceberg”, donde gráficamente dividen las
competencias en dos grandes grupos: las más fáciles de detectar y desarrollar,
como las habilidades y conocimientos, y
las menos fáciles de detectar y después desarrollar, como las actitudes y
valores, la autoimagen y el núcleo mismo de la personalidad.
Los niveles superiores de
dicho “iceberg” (lo que “se ve fuera del agua”) se observan e identifican con
facilidad, son necesarios para un desempeño superior pero no son suficientes
(ya que raramente predicen o determinan
el desempeño excelente).
Las competencias que se
encuentran en niveles más profundos (como los rasgos personales y las
motivaciones), definen el comportamiento de la persona así como también su rendimiento a largo plazo, y
son por lo tanto las que establecen realmente las diferencias. Se
trata de características que llevan a un éxito a más largo plazo.
Existen dos tipos de competencias, las gestionales y funcionales.
Gestionales: Conjunto de competencias definidas para gestionar en el puesto de trabajo
(el cómo) relacionadas con características de la persona.
Funcionales: Conjunto de competencias definidas para el puesto en función de la
especialidad.
Me pareció interesante que la máquina no desplace al ser humano sino que modifique su actitud y se complemente. ¡Bravo! María.
ResponderEliminarGracias María, esta muy bueno tu comentario, ya que la obejetividad y evaluación de las personas, la deben realizar personas, esperemos que por ahora y por mucho tiempo, las maquinas no realicen este tipo de análisis!!!
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